Prevención de enfermedades bucodentales

Hablar de prevención y tratamiento de enfermedades bucodentales es en primer término no desconocer las implicancias psicológicas que existen en derredor de cualquier práctica odontológica desde las más simples como la mera consulta hasta tratamientos más complejos como endodoncia o cirugía.      Angustia frente a estímulos dolorosos, auditivos, visuales y por qué no, olfativos incrementados por la sensación de envejecimiento y pérdida de belleza.      

  La postergación de las citas lleva al agravamiento progresivo de la enfermedad bucal con las consecuencias en la salud general del individuo.

 Es imprescindible que el profesional conozca muy bien estos mecanismos para no agravarlos con conductas de frialdad, comercialización, demoras en los trabajos, impuntualidad, desinterés, focalizando la atención sólo en el diente a tratar olvidándose del portador de esas piezas dentales.
     Es absolutamente desagradable que la sociedad nos vea como los torturadores.
     Por lo tanto es nuestra obligación perfeccionarnos cada día en los avances de la tecnología y materiales de la nueva era, así como también tomar conciencia de nuestra vocación, actuando de manera verdaderamente terapéutica.

     Qué mejor que tratar al paciente en su totalidad estando alerta a sus comportamientos particulares e individuales.